Septiembre es un mes de renovación, de hacer sitio en los trasteros y pensar en nuevos detalles. Para los que estamos atentos a las novedades decorativas es, además, el mes del catálogo de Ikea. Muchos miramos en los buzones a la búsqueda de ese universo impreso que nos haga soñar con visos de realidad. Esta temporada, Ikea ha preparado un estreno de lujo convirtiendo en decoradores a Rossy de Palma, Carlos Moya, Carmen Lomana, Nuria Roca y Eva Gonzalez.
Nos gustó la manera en que Ikea planteó este reto a los cinco protagonistas, adaptando el espacio a decorar a sus circunstancias familiares, y tratando de responder a las necesidades, problemas y deseos personales. Cada uno tenía un presupuesto diferente, todos ajustados, para conseguir el objetivo: demostrar que el diseño democrático de Ikea permite disponer de una casa cómoda, actual y agradable partiendo de presupuestos poco ambiciosos.
El salón de de Carmen Lomana
Como ella misma definió, el salón de Carmen Lomana -una buhardilla romántica en el centro de Madrid- es la zona de relax de una single sin cargas familiares, un espacio en el que el color tiene gran importancia. Las paredes, de un verde intenso, marcan el tono de la estancia, que a primera vista trasmite frescura y alegría. Rojo, verde carruaje y blanco con pequeñas trazas de negro en un horror vacui que no deja rincón sin completar.
Un sofá EKTORP de tres plazas en blanco y dos butacas STRANDMON rojas, son el centro de una habitación llena de detalles, como el mirador que Carmen compuso inspirada en las casas del norte de España. Aquí las horas de relax transcurren entre libros, flores frescas y luz, consiguiendo delimitar pequeños espacios de lectura y descanso, así como un pequeño velador donde poder desayunar al sol.
La cocina familiar de Nuria Roca
Un salón-cocina para una familia numerosa en el que compartir tiempo y espacio, comer, jugar, hacer tareas escolares y fomentar la vida en familia. Un sueño que Nuria Roca ha hecho realidad con la ayuda de Lorenzo Meazza y un presupuesto de 4.000 euros. Muebles blancos, encimeras de madera, una isla de cocina para trabajar, almacenar e incluso descansar (un pequeño banco estratégicamente integrado sirve de asiento) y con una casa de muñecas incorporada. Junto a la zona de cocción, vemos dos cuerpos dedicados a la nevera y el congelador, pensados para conservar grandes compras.
Los 42 metros cuadrados se completan con una cómoda zona de estar con acceso a una terraza muy bien planteada. ¿Quién diría no a un espacio así?
El pequeño salón cómplice de Rossy de Palma
Cuando le plantearon este reto decorativo, Rossy de Palma supo que quería crear un salón cómplice en el que poder compartir espacio con sus dos hijos adolescentes. Tres vidas dispares pero con un fondo común en las que la música y el cine tienen mucha importancia.
Un lugar donde poder tocar el piano, el bajo, la guitarra, echarse en un sofá cómodo a ver una película y todo ello en un decorado teatral, con un contraste marcado entre rojo, negro y blanco, rematado por la palmera negra que destaca sobre las cortinas. Como ella misma apuntó: "es como tener el teatro en casa".
La suite romántica de Eva Gonzalez
Eva González inyectó un soplo de romanticismo en una suite pensada para algo más que dormir. Ella quería un espacio en el que poder pasar tiempo, relajarse, tomar un baño o leer. El vestidor integrado en el dormitorio y el baño abierto a éste fueron innegociables desde el primer momento.
Los complementos juegan un papel muy importante, ya que forman parte de la decoración: una vitrina alberga varios pares de zapatos, pequeñas joyas y sombrereras. ¿El presupuesto? 3.500 euros para amueblar por completo y a capricho un espacio amplio al que no le falta detalle.
La sala de estar masculina de Carlos Moyá
El presupuesto mínimo de Carlos Moyá, 700 euros, le permitió personalizar una habitación pensada como un refugio de soledad para un hombre de familia. Simplicidad, elegancia y masculinidad en un ambiente en negro estricto en el que la televisión toma un gran protagonismo. Ocupando el centro de la habitación, una gran butaca individual en la que estirarse y alejarse de la frialdad de los hoteles para poder desconectar, viendo una pelicula o un partido de tenis, oír música y, por qué no, echar una buena siesta.
En la guarida de un tenista de su trayectoria no podía faltar una estantería en la que poder colocar los trofeos, compartiendo protagonismo con láminas, retratos y una colección de libros.
Rossy de Palma, Carlos Moya, Carmen Lomana, Nuria Roca y Eva Gonzalez, cinco estilos muy diferentes que el proyecto "IKEA empieza algo nuevo" ha sabido complementar para mostrar que conjugar necesidades, deseos y presupuesto limitados es posible. Los espacios se pueden visitar en todas las tiendas de Ikea España.