La desquiciante levedad del color del año by Pantone

Nos enteramos por Decoesfera de que el color del año, por obra y gracia de Pantone, es el Orquidea Radiante. Gracias, estábamos en un sinvivir  esperando el corte de la cinta para ir corriendo a cambiar de un plumazo la decoración de nuestra casa. Porque, de eso se trata, ¿no? de estar a la moda y no desoir los dictados de los señores de Pantone, que si de algo saben es de colores.

Ah, no, espera, que no se trata de eso, no, que la cosa va de vender humo (humo disponible en cuatro colores:  desde PANTONE 427 a PANTONE 430, de nada) y hacer una campaña de marketing con una nota de prensa. Porque veamos, ¿de qué nos sirve esta información privilegiada que nos dan cada año? ¿Para pintar el comedor de verde esmeralda con vistas al campeonato del mundo de Bobsleigh?

Vaya, este año, si queremos llegar en la onda  a los juegos olímpicos de Sochi tenemos que ir encargando unos botes de pintura Orquídea Radiante 18-3224, vamos, el moradito de toda la vida, ese tono con el que llevamos queriendo pintar el estudio de El Bungalow desde hace cinco años, que otra cosa no, pero somos unos visionarios. Perezosos pero visionarios.

A la vista de los colores del año escogidos desde que el Color del Año es el Color del Año, nos da en la nariz que los de Pantone tienen cierta querencia por los verdes agua y los rojos caldero, además de un fino sentido para distinguir claramente y sin dudar entre el Lirio Tigre y el Mandarina Tango, lo que de toda la vida han sido el anaranjado.

De la misma forma, andamos dejándonos los ojos y la cordura para encontrar algo significativo que distinga entre el azul turquesa y el turquesa, que reinaron los años 2005 y 2010. Vale que nos diréis que uno es más azulado y tal, pero os retamos a distinguirlos en un escaparate de Calcedonia. Valientes.