Te pasarás el día intentando descubrir el secreto. Tus invitados temerán dejar las llaves encima por si las moscas (o las rendijas). Y tus gatos, ¡ay tus gatos! pasarán el rato metiendo la patita intentando conjurar al diseño y encontrar el secreto de esta mesa que parece la versión rusticoelegante del cubo de Rubik.
Si te digo que se llama Float Table empezarás a sospechar que el festival no acaba aquí; que sí, señores y señoras, que la mesa flota, levita, tiembla como un flan si la tocas, ya que cada cubo de madera se conecta a los demás mediante un sistema de cables de acero en tensión. Se fabrica en varios acabados (siempre en madera) y en dos tamaños: mesa de café y mesa auxiliar.
No me digas que no es bonita, original y fardona para epatar a los cuñados, aunque eso sí, mejor no juegues a la Play cerca, ni la utilices para sujetar las cervezas y la pizza en la final de la copa. La broma vale alrededor de 1.200 euros. Puedes verla en acción un poco más abajo.
Vía Cosas para tíos
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