Lo primero que llama la atención en esta cocina es la vieja mesa de trabajo colocada en el centro a modo de isla. Sólida y rotunda, proporciona una gran superficie de trabajo extra a la vez que da calidez a un ambiente en el que el blanco es el color predominante. Su azul intenso se desgasta en algunas zonas de la pieza, las cuales se han dejado así intencionadamente para resaltar ese aire de mueble viejo que funciona tan bien en algunos contextos.
El sobre es un tablero de madera maciza en color miel de gran grosor, un contraste muy acertado con el tono azul cobalto. No está sola, el mueble platero la acompaña desde la pared contribuyendo a que el conjunto blanco/azul tenga equilibrio.
Los armarios bajos son una rareza, muebles de aspecto recuperado de una sola pieza en madera pintada, que como podemos ver se apoyan en dos patas, dejando aire en la parte inferior. Al fondo, un armario alto de tres cuerpos resulta práctico sin restar espacio visual, mientras que la encimera en L procura una buena superficie de trabajo, la cual cuenta con un auténtico lujo: luz natural a través de la ventana que nace de ella.
El fogón goza de un lugar especial, dentro de una hornacina rematada por una viga de madera en la que se encaja una flamante cocina de gas con doble horno y un pequeño mueble de madera en la misma línea que el resto de la cocina.
Una cocina para disfrutar y soñar, en la cual los elementos modernos (iluminación encastrada, sofisticada cocina de gas de aire retro), se integran a la perfección con los muebles de aire antiguo.
Claves del estilo. Blanco dominante. Punto de atención en color. Muebles de estilo antiguo, pintura blanca. Electrodomésticos de diseño antiguo y tecnología moderna. Techos despejados, focos encastrados. Suelo rústico en tonalidad clara. Aprovechamiento de elementos arquitectónicos.
Imagen vía | Chalon Handmade en Flickr
