jueves, 5 de septiembre de 2013

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Una relajante habitación infantil en tres tonos

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Un sencillo espejo hecho en casa es el punto de atención en la decoración de esta habitación.  La estancia trasmite calma gracias a la combinación de colores, en la que predomina el verde manzana de las paredes manchado por el violeta de las cortinas y algún pequeño detalle sobre la mesilla. El blanco resalta sobre este lienzo, reflejando la luz que entra abundantemente por la ventana.

Esta podría ser la habitación de una persona adulta o una pareja, pero en realidad pertenece a una niña. Suponemos que esas paredes no permanecerán tan desnudas a los largo de los años, evolución manda, pero la decoración de base es un buen lienzo de partida para una habitación que soporte el paso de la niñez a la adolescencia y juventud.

El cabecero es una pieza clásica que se puede encontrar en tiendas de segunda mano, admitiendo la personalización después de una buena mano de lija y varias capas de pintura aplicadas con buena mano.

El espejo, un DIY que requiere poca inversión, es una evolución casera de los sunburst mirror, cuyo origen se atribuye al rey Luis XIV. Coronando la cama, se encarga de trasmitir energía y dinamismo desde sus esquemáticas llamas.


Claves del estilo: colores pastel, blanco roto, contraste de color equilibrado. Pintura lisa, luz, paredes despejadas, elemento decorativo central como punto de atención.

 Imágenes vía | Rosie Sweet Home en Flickr

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